domingo, 5 de octubre de 2008

17b, Territorios


Israel vive en estado de sitio desde su creación. Estado de sitio producido por una razón: la no aceptación de su existencia por parte de los paises árabes. Esta situación le lleva a una continuada guerra fría capaz de ocasionar todas aquellas agresiones, por un lado y por otro, que son consecuencia de la causa mayor. El tiempo, las conversaciones, las negociaciones, la intervención occidental y la aparición de gente como Anwar el Sadat o Hussein de Jordania, ha ido mermando la tempestad inicial y hoy en día la causa ha quedado reducida a “solo los más extremistas de entre los árabes no aceptan…”.

Sería interesante que aquellos que se empecinan en asegurar que Israel es el que da vida al continuo estado de beligerancia como consecuencia de su avariciosa invasión de territorios analizaran la relación Egipto-Israel. Tres veces, tres, ha tenido que devolver Israel el Sinaí después de haberlo conquistado. En la tercera se hizo fuerte y no lo devolvió hasta haber un compromiso de paz por medio. Sadat, más inteligente que cualquiera de sus socios árabes (cosa que lamantablemente allá no vale para nada) tomó la decisión de firmar la paz con Israel aún a costa de enemistarse con sus “hermanos”. Le costó la vida. Ellos son así. (Ya veremos como acaba Arafat si sigue cercando a sus terroristas en lo que ellos llaman colaboracionismo con Israel). Pues bien, jamás, ¡¡¡jamás!!! desde el 1979, (hace ya 22 años) ha habido un problema egipcio-israelí lo que significa dos cosas: 1º que los ciudadanos egipcios disfrutan la paz desde el 79, 2º que Israel no quiere territorios que no le pertenecen.

Jordania, que firmó el acuerdo de paz en el 94, también va por el mismo camino. ¿Porqué es tan difícil de convencer al ciudadano palestino, y más gravemente aún al ciudadano europeo, que es exactamente lo mismo que un día hizo Sadat por Egipto, y posteriormente Hussein por Jordania, lo que ahora quiere Israel que haga Arafat por los suyos? ¿Qué razones hay para pensar que Israel no va a actuar igual? Las razones no son otras que aquellas que se derivan de la alianza que tiene el pueblo palestino con su condición de mártir. La 2ª guerra mundial propició más de veinte millones de refugiados y todos acabaron, de mejor o peor manera, asimilando su nueva situación. Pero los palestinos no. Al ciudadano palestino hoy se le educa para llorar y para matar. Están totalmente identificados con esa actitud ante la vida y es ahora mismo imposible imaginarse un miembro de Hamas en la universidad. Se le acaba la emoción.
Les gusta que el mundo llore por ellos. Les gusta vivir de la ayuda internacional. Les gusta darse el gustazo de matar a aquel que lo ha dejado a la altura del betún porque un día vino a su tierra y en vez de pasarse el día tumbado a la bartola sin dar ni bola como él estaba acostumbrado resulta que construía granjas agrícolas, edificaba hospitales, hacía crecer las escuelas, creaba, percibía un futuro próximo totalmente identificado con el trabajo y… les paso volando.

Y aquí estamos nosotros, los típicos mediocres que se dejan herir la mente en vez de el corazón cuando ve sangre en el horizonte, (todos no, menos mal que algunos nos salvamos) repudiando y castigando a aquel que a pesar de todas las dificultades que le suscitan aquellos que no tienen otra ocupación que delinquir, pelea, trabaja e incluso lo consigue, abrirse un lugar en el mundo. Aplaudan, desgañitense, enciendan la mecha de los truenos a favor de aquellos que aún siguen vendiendo el pan y las frutas junto a los excrementos de las vacas. Vayan, acudan, corran. Son ustedes el futuro de su tierra, de su país y de la vida.


11/01/2002